LENGUAJE
Lenta estás enmascarando una ribera aridecida.
En la otra estoy, sin descansar, mirándote.
El agua transcurre entre nosotros como una existencia vegetal
de verdes, de amplios tentáculos que alcanzan nuestras vidas.
Yo pensaba siempre en ti.
Me imaginaba, así, ingresar a tu silencio lleno de ternura.
¡Cuántas veces descansaba junto a tus pensamientos sin que tú lo notaras!
¡Cuántas veces descansabas tú junto a mis pensamientos sin que yo lo notara!
Y cada uno se recluía en su silencio sin confesarlo,
como dos riberas empapándose en el agua que lentamente pasa.
Vuela algo de ti sobre la brisa, y musitan las gentes:
«¡Qué brisa tan tibia para este arenal sin límites!»
Yo quisiera decirles que están engañadas;
que eres tú que estás viviendo una distancia nueva;
que has conquistado otro tiempo de existencia;
que yo me empino de mi dolor a verte;
que tú traes la luz del nuevo cielo.
Yo tenía mi verdad como una ortiga en el pecho.
Era mucha verdad para mí, en cambio tú tenías en la presencia
el secreto de un callado júbilo.
Yo te vi atravesar por un camino rodeado de nubes
a perderte en los hondos jardines del silencio.
Después, todo fue un dibujo rápido hacia la ausencia,
y así quedé, en espanto, como un vidrio rajado
en un tenue misterio sin respuesta y sin sombra.
Y así es como termina esta angustia callada,
tus palabras las creo comprender entre la letra borrosa de una canción antigua.
Tu vida es el paisaje que se abre entre las brumas
de un país muy alto en una garganta inaccesible.
Te veo íntegra, llena de serenidad, como los ángeles.
Alguien dice:
«Qué extraña esa banda de nubes en el cielo.»
Y contesto yo:
«No. Son las aves que escoltan a los peces.»
Y todos nos quedamos callados, sin comprender, alegres.
Derechos de autor:http://poetasperuanos.roland557.com/treinta.htm
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